top of page

Bástate Mi Gracia


El hablar de la gracia de Dios muchas veces nos hace pensar en una actitud muy permisiva de parte de Dios en cuanto a nuestro accionar como cristianos. Sin embargo el contexto bíblico nos muestra algo bien interesante, y es ahí donde realmente se manifiesta la gracia de Dios.


Se dice que la gracia es la influencia divina sobre el corazón humano. Y cuando la gracia de Dios opera sobre nuestras vidas, tú y yo empezamos a caminar en Cristo, y empezamos a caminar, a levantarnos, a conocer de su Palabra, a ver lo que él tiene para cada uno de nosotros.


Bueno entonces sabiendo eso, podemos entrar a lo que quiero decirles.

Gracia es cuando he pecado, pero siento la mano del Señor acariciando mi cabeza y diciéndome: “Hijo, levántate, que mi amor hacia ti va más allá de tus fallas y debilidades”.

Gracia es cuando me siento desanimado, y llega el Señor a la hora del Café, en una tarde fría y se sienta a mi mesa y me dice: “Hijo, cuéntame que te sucede ¿Sabes que puedes contar conmigo, verdad?, ven en oración a mi presencia, solamente quiero pasar contigo y quitar toda ansiedad y aflicción”.


Gracia es cuando las cosas no andan bien con mi seres queridos y el Señor se acerca y me dice: “Hijo, así como yo te amo y te perdono tus fallas, hoy tienes la oportunidad de amar y perdonar las fallas de otros”.

La gracia de Dios va más allá de vivir un cristianismo de domingo, o de cumplir con los deberes cristianos, esa gracia sobrepasa nuestra capacidad humana de entendimiento.


Pablo, curiosamente está hablando en este capítulo 12 sobre el aguijón de su carne, del cual el Señor le dice: “Bástate mi Gracia”. Que poderoso mensaje le dice a Pablo, como quien dice: “Tranquilo hijo, esa es la única forma en cómo te puedo tener a mi lado, buscando mi perdón, buscando mi amor, buscando mi misericordia”.

Mi hermano(a) no sé qué aguijón sea el que te haga fallarle a Dios, pero hoy el Señor te dice: “Bástate mi Gracias”, hoy el Señor te dice: “Tranquilo esta es la única forma en que te puedo tener cerca mío. Si te quito ese aguijón posiblemente tu orgullo te hará alejarte de mí, porque dirás que con tus fuerzas o con tus habilidades lo lograste”.

El Señor hoy te dice: “No tengas miedo de tus debilidades, porque es ahí, y solo ahí donde mi poder se perfeccionara, ahí será donde muestre mi poder a ti y a los tuyos”

Así que adelante en Cristo, Él quiere usar, no vasos perfectos, pero si vasos sencillos y humildes, hombres y mujeres que con sus debilidades han entendido cual es la fuente de salvación y donde está su refugio seguro


Tranquilo, Bástate Su Gracia…

Descarga la 1ra Edición: Hacia una iglesia Misionera
No hay etiquetas aún.
Sigue "Revista CECEM"
  • Facebook Social Icon
Búsqueda por Tags
bottom of page