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Y sera llena la Tierra de Su Gloria

Cuando leemos tremenda profecía “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”, nos llenamos de esperanza y expectativa para que esto acontezca.


Pero, es muy importante que entendamos que esta profecía fue dicha por los profetas del Antiguo Testamento, y que nosotros somos testigos del cumplimiento de esta profecía. El apóstol Juan con gran expectación y júbilo dice “Y vimos su gloria”. Parecía que ahí quedaba completa la profecía, pero ésta va más allá de aquella tremenda revelación que recibieron los apóstoles; porque Jesús dejó encargado que llenaran la tierra del conocimiento de la gloria de Dios pero con ayuda del poder del Espíritu Santo, “...y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Esta tarea gloriosa demandaba el concurso poderoso del Espíritu Santo dentro de los miembros del cuerpo de Cristo (es decir la iglesia).

Jesús enuncia una profecía: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Esto está aconteciendo hoy en día, ya que hasta hace unos 40 años sólo se predicaba el evangelio (“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”), sin embargo hoy ya se está predicando el evangelio del Reino de Dios.


Ha costado mucho a la iglesia contemporánea entender la predicación del evangelio del reino de Dios. Vemos al Espíritu Santo tener libertad para ir derramando la gracia y la gloria de Dios en todo el mundo superando todo vestigio de religiosidad y demandando de la santidad que requiere la presencia de Dios en la iglesia: “Sean santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está sed santos porque yo soy santo”.


La gloria de Dios se hace presente cuando obedecemos, por eso Jesús dejó un tremendo encargo “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.


¡Qué privilegio! Vamos llevando la gloria de Dios cuando hacemos discípulos. Es precioso ver que nuestro trabajo en el Señor no es en vano si no que se hace para la gloria de Dios. El tema de la manifestación de la gloria de Dios teológicamente hablando puede ser muy profundo, contencioso y polémico, por eso el presente estudio no pretende ser muy profundo, pero sí procura, en una forma sencilla, dar a conocer en qué y cómo se manifiesta la gloria de Dios en nuestros días.


Por eso trataré de explicar los siguientes puntos e interrogantes a las que nos lleva esta palabra dada por el profeta Habacuc.


El conocimiento de la gloria de Dios se dio, llegó a través de Jesucristo. [En nuestros tiempos] El Espíritu Santo transforma al creyente de gloria en gloria [y] la gloria del Padre se manifiesta cuando somos discípulos y hacemos discípulos. La gloria de Dios se pone de manifiesto cuando somos uno. [No podemos olvidar que] Cristo vendrá otra vez en gloria.


1. El conocimiento de la gloria de Dios llenará la tierra: “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 1:14) El profeta Habacuc, profetiza que toda la tierra conocería la gloria de Dios. Se entiende que todo lugar recibirá la manifestación del conocimiento de la gloria de Dios. Así como el agua cubre el mar, así también el conocimiento de la gloria de Dios se dará en todo el mundo.


2. ¿Cómo se manifestó la gloria de Jehová en el Antiguo Testamento?: “Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube”. (Éxodo 16:10) El pueblo de Israel experimentó la presencia de la gloria de Dios en el Tabernáculo de reunión y también veían como aparecía la gloria de Dios en los montes. En el tabernáculo de reunión: “Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba” (Éxodo 40:35) En los montes: Ezequiel 11:23 “Y la gloria de Jehová se elevó de en medio de la ciudad, y se puso sobre el monte que está al oriente de la ciudad”. Éxodo 24:16: “Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube”.


El pueblo de Israel se estremecía cuando se manifestaba la presencia de Dios en la nube y cuando llenaba el tabernáculo de reunión. Era una experiencia sobrenatural, a mi punto de ver indescriptible. La magnificencia toda de Dios derramada en lugares específicos. Tremenda experiencia para todo aquel que pudo observar la gloria de Dios en ese tiempo. No hay, ni habrá experiencia más maravillosa que ver la gloria de Dios.


Pero bien lo profetizó Habacuc, que después toda la tierra se llenaría del conocimiento de la gloria de DIOS.


Y así en estos tiempos DIOS ha hablado por medio de sus hijos que han llevado su mensaje de salvación a todo el mundo.

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